viernes, 3 de noviembre de 2017

La llegada

Llegue a Paramanand el 2 de noviembre al medio día. En el taxi camino al ashram estaba super nerviosa. El taxista no hablaba inglés y mi paranoia guatemalteca estaba a mil. Pensaba que igual y podía llevarme a cualquier lado, desaparecerme y nadie se entera. Pero sobreviví. También iba pensando en Franc. Es la primera vez que nos separamos por tanto tiempo. Lo empecé a extrañar desde que nos dimos el último beso en el aeropuerto. Pero  todo va estar bien. Vamos a reencontrarnos con mucha más fuerza y amor. Estoy segura de eso.

La ciudad de Indore, India (donde queda el ashram) desde el taxi es rara. Habían edificios medio destruidos como que si hubieran estado en guerra. Hay otros muy modernos. Por todo lo demás es como cualquier otra ciudad. Ruidosa, llena de gente y mucho comercio. Iba entrando en pánico porque olvide el cargador de mi celular. Supongo que así lo quiso el universo. Tengo que desapegarme de ese aparato. Esta es una de las enseñanzas. Llegue al lugar y el taxista me señaló un caminito lleno de flores. Seguí el camino y llegue a la recepción. Había que quitarse los zapatos. Me recibieron con mucha amabilidad, aquí si me hablaron en inglés. Menos mal. Subimos unas gradas y llegamos a mi cuarto. Las paredes son delgadas, escucho todo. No es nada lujoso. La cama es pequeña y el colchón duro. Las sabanas tienen rosas azules, se ven viejas. Solo hay una colcha roja para cubrirse y la almohada es más un cojín, pero tiene una sobrefunda de elefantes. Como que si fuera especial para mi. La pared tiene un gran mural con esta frase:

"When a drop goes into the sea then how can the drop return back and have its identity? It is similar to when an individual yogi dissolve with supreme consciousness the become ONE." -Shivoham

Esta escrito en morado, mi color favorito. El baño es super raro. No hay separación entre la regadera y el inodoro. Esta lleno de cubetas. Hay regadera, no sé porque hay tanta cubeta. Saber, mañana me toca descifrar eso. El inodoro esta manchadísimo de sarro. Hice pipí y al echar agua me di cuenta que no tiene mucha presión. Da miedo pensar como será la experiencia de hacer popo ahí. Es otra cosa que me tocara descifrar cuando toque. En el cuarto del lado hay una familia. Una mama y papa, ambos con rastas, una niña adolescente y una bebé como de 3 años. Que loco venir a un ashram en familia. Los enchufes del cuarto no son los normales. Así que aunque trajera mi cargador no podría usarlo. Traje la compu pero tampoco puedo cargarla, tengo que conseguir un adaptador. Luego de dejar mis cosas en el cuarto baje a registrarme. La gente muy amable. Me dieron muchos libros, mi uniforme y un mat de los tradicionales de algodón, en color morado. Estoy emocionada. En unas horas tengo que estar en el salón principal donde el gurú va dar la bienvenida y nos vamos a conocer entre todos los alumnos. A ver que tal. 

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