La bienvenida fue a las 4 de la tarde, así que tuve un par de horas para instalarme en mi cuarto. Me encerré, no quise salir a explorar. Me estaba sintiendo un poco abrumada. Entonces me dormí. Cuando por fin dieron las 4 baje al salón principal. Ahí estaban el resto de alumnos, en total somos 14. Cinco estamos en el entrenamiento de 300 horas y el resto esta en 200 horas. Yo soy la más nueva. Mis compañeros de 300 horas ya llevan un mes de vivir aquí porque hicieron las 200 horas antes y siguieron para completar otras 300 horas. Así que yo soy la única que esta perdida y aún no sabe como es la rutina aquí.
El salón principal es grande, hay que quitarse los zapatos para entrar. En el fondo hay un mural de un gran sol sobre el mar y el símbolo de Om en el medio. Abajo del mural hay una pequeña tarima con una alfombra que es donde se sienta Dr. Omanand. Él es el gurú que dirige el ashram. Le dicen Guruji. A un lado de la tarima esta Ganesha, alrededor tiene varias ofrendas, candelas e inciensos y arriba una campana. La tocan cada vez que se acercan a él y le ofrendan fuego.
Nos sentamos en el piso y entró Guruji al salón, todos empezaron a aplaudir. Él se sentó y explicó que aplaudir para ellos no es para mostrar respeto ni admiración sino tiene un significado más profundo. Dice que las palmas tienen puntos de energía y cuando aplaudimos estimulamos toda esa energía, entonces que aplaudir es una forma de generar energía en el cuerpo y expandirla hacía alrededor.
Nos pidieron que hiciéramos una fila frente a Ganesha. Fuimos pasando uno por uno, nos daban una candela y teníamos que hacer 3 círculos con ella frente a Ganesha y luego prender una de las velitas que estaba en el altar. Luego pasábamos a donde estaba Guruji. Él nos ponía un punto anaranjado en la frente, justo en el tercer ojo y nos daba un collar de flores anaranjadas que olía delicioso. Luego nos sentamos en el piso frente a él y cantamos om 3 veces seguido de un mantra.
A la par de Guruji había otro señor. Resulta que es funcionario de gobierno, tiene un alto rango, es de los 30 funcionarios más importantes de la India. Tengo entendido que dirige todo lo que tiene que ver con comunicación, radios, televisión, cine y periódicos. Es productor de películas y ha escrito varios libros. Lo malo es que no se me quedo el nombre. Él también se esta quedando en el ashram. Es amigo de la infancia de Guruji y esta aquí de visita por un rato. Muy interesante el señor. Me dijo que yo era muy sonriente.
Tuvimos que pasar uno por uno al frente para presentarnos. Teníamos que decir nuestro nombre, de donde somos, a que nos dedicamos, algo sobre nosotros y porque decidimos vivir en el ashram. Hay gente de varios países, Alemania, Bulgaria, Corea, Estados Unidos, Argentina, México y muchos Ingleses e Inglesas. Por cierto, se siente bien tener compañeros con quienes hablar español. No me siento tan perdida.
Luego de las presentaciones un chavo empezó a tocar tambores y Guruji nos pidió que bailáramos. Complicado eso para mi porque ni en las fiestas bailo, a menos que este borrachita. Pero aquí obviamente no es permitido ninguna sustancia que altere los sentidos. Ni modo, empece a mover el cuerpo poco a poco. Ya que fregados, todos se estaban moviendo así que no era la única, no había forma de sentirme ridícula.
Al terminar el baile subimos al segundo piso para la cena. Aquí nos piden que comamos en silencio. Comer es un ritual sagrado, es donde metemos energía al cuerpo y si estamos hablando perdemos la energía o peor aún nos podemos contagiar de la energía de los demás. Eso no es bueno dice Guruji. No hay cubiertos, bueno si pero hay pocos y no alcanzan para todos, así que tenemos que comer con la mano la mayoría de veces. Comer en silencio me gusta, además me quito la ansiedad que me da tener que socializar. Disfruto mucho el silencio mientras como. Esto es algo que voy a intentar aplicar en mi vida diaria en Guate, cuando se pueda. Y bueno, claro, cada quien tiene que lavar su plato y todo. Con lo que detesto lavar platos, pero ni modo, este es otro de los aprendizajes.
Me preguntaron que si podía compartir mi cuarto por dos noches. Yo no quería pero no pude decir que no. Pensé que me iban a juzgar, de entrada siendo bien egoísta. Pero es que yo si necesito mi privacidad. Entró en pánico cuando tengo que compartir con gente que no conozco. No es por ser pesada ni porque me caigan mal sino porque no sé que hacer conmigo misma cuando estoy en ese contexto. Pero decidí que eso podía cambiarlo aquí. Resulta que no hizo falta. No tuve que compartir. Pero si me pusieron a pensar en eso.
Luego de la cena cada quien hizo lo suyo, yo me encerré y me dormí temprano. Sobre todo porque también estaba bien preocupada porque no podía cargar mi computadora ni mi teléfono entonces no quería estar despierta pensando en eso y gastándome la batería. Además tenía que levantarme al día siguiente a las 5 y necesitaba que mi teléfono tuviera batería para que me sirviera la alarma. Iba a resolver lo del cargador al día siguiente. Quizás Franc podía ayudarme. Él también esta en Indore pero en un airbnb, solo va estar tres días y luego regresa a Delhi. Yo me quedo hasta el 28, hoy quiero que pase rápido el tiempo. Ni he empezado clases pero ya siento que estoy super afuera de mi zona de confort. Decido dormir para no pensar tanto.
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