Me levanté a las 5, no tanto por la alarma del telefono sino porque desde temprano suenan mantras en todo el ashram y el om resuena en todos lados. Me levante decidida a bañarme para llegar limpia y despierta a la práctica de las 6 de la mañana. Entré al baño y encendí el calentador. Nunca salió agua caliente. No sé si lo hice mal o solo no funciona. Pero entendí que el agua caliente es un lujo que doy por sentado. Agarre fuerzas y me metí. Además se supone que es bueno para la circulación o al menos así dice mi abuela. Sufrí. Pero sobreviví.
Bajé a la primer práctica de la mañana. Se supone que esta es la práctica personal. Nadie te guía. Así que hice lo mismo que hago cuando estoy en casa, solo que en casa no lo hago tan temprano y la verdad es que tampoco tengo la disciplina para hacerlo todos los días. Lo intento pero a lo más que llego es a hacerlo 3 veces por semana. Aquí es todos los días.
A las 6:30 nos llamaron para salir al jardín. Guruji nos enseñó a usar el neti pot. Uff, es la sensación más rara del mundo. Siempre lo había querido intentar pero nunca me había animado y además pensaba que el agua seguro tenía que ser alguna mezcla extraña. Pero no, solo es agua tibia con sal y tampoco es gran ciencia, se deja caer el agua por un lado de la nariz y sale por el otro, la gravedad hace su trabajo. Yo pensaba que el neti pot era para descongestionar y si lo hace pero la verdad es que tiene una función mucho más profunda. Los yogis lo usan para limpiar todos los canales y que no haya ningún obstáculo para que la energía pueda fluir libremente hacía y desde la glándula pituitaria o también llamado el tercer ojo.
Fue raro, trague un poco de agua y al expulsar todo lo que tenía en la nariz escuche un pito en un oído. Me empezó un dolor de cabeza que no se me quito hasta en la noche que me dormí. Pero si sentí que estaba respirando mucho mejor.
Luego de esto regresamos al salón principal y Guruji guió una clase con pocas asanas (posturas) y mucha meditación. Durante la meditación empecé a llorar. No sé porque, yo no estaba triste, pero lloraba y lloraba. Guruji dijo que llorar es la primera señal de vida porque eso es lo primero que hace uno al nacer. Llorar nos desintoxica y renueva. Escuchaba su voz diciendo "let go, don´t fight it, let go". Esas palabras se me quedaron grabadas.
Luego de esto fuímos a desayunar. Melón, polenta y banano, con un delicioso te chai. Y todo en silencio.
Yo me sentía mal, me dolía la cabeza, me sentía fuera de lugar y no entendía porque había tomado la decisión de venir. Todo me era incómodo y desconocido. Extrañaba mucho a Franc. Tenía miedo de quedarme sin batería y no poder comunicarme con nadie que yo conociera. Le escribí a mis amigos cercanos (los que sabía que podrían entender esto) compartiéndoles lo incómoda que me sentía. Estaba perdida.
Franc se portó cual príncipe azul y logró que vinieran a dejarme un adaptador y un cable para cargar mi celular. Me mando una notita animándome a seguir adelante. "Tengo que ser menos dependiente, resolver por mi misma", pensé. Pero no me quejo, fue un alivio contar con su ayuda y apoyo.
La primera clase que recibí fue teórica. En esta clase estamos estudiando el libro Hatha Yoga Pradipika. El texto base para la práctica de Hatha Yoga, ha significa sol y tha luna. El Hatha yoga se trata de unir la energía positiva y la negativa para poder crear luz. Durante la clase nos enseñaron un pranayama que me dejo asombrada. Pude ver mi adn con mis propios ojos, no me lo estoy inventando, de verdad lo vi. Vi un espiral de luces doradas rotando. Increíble. Abrí los ojos y le conté a Guruji lo que vi, él me explico que ese era mi adn y que cuando hacemos ese pranayama unimos esas dos energías (positiva y negativa) y eso hace que podamos verlo.
Eso quiere decir que los yogis desde hace milenios ya sabían que el adn era un espiral con tan solo cerrar los ojos lo podían ver. Ahora me parece tan absurda la ciencia de occidente. Tan nueva y tan superficial. Estoy aprendiendo que las cosas son mucho más simples cuando solo vemos hacía dentro, ahí esta todo.
La segunda clase fue de asanas. La maestra se llama Rama. Es super linda y risueña. Sentí la clase un poco suave en comparación a lo que estoy acostumbrada o al menos en comparación a las clases que he recibido en Guate. Pero la diferencia fue que sostuvimos cada postura por un minuto. Por más fácil que fuera el asana ya sostener un minuto es bastante. También me di cuenta que en Guate no dan yoga de la forma tradicional, para nada. Yo hacía las posturas que ella dictaba según las he aprendido en los estudios de yoga en Guate, ella siempre me corregía. Ella dicta las asanas por su nombre en sánscrito, bueno la verdad es que todos los maestros aquí hacen eso. Pero ella fue la primera clase de asanas que recibí entonces tuve que poner extra atención para entender. Es difícil porque yo me se los nombres occidentales, los que de ese lado del mundo le pusieron porque supongo que no quisieron hacer el esfuerzo para pronunciar los verdaderos. Es un reto para mi porque cuando he dado clases en Guate digo los nombres occidentales y a veces los que me se en sánscrito, pero también lo hago así para que los alumnos no sientan raro, porque es casi como hablar en otro idioma. Pero creo que de ahora en adelante no me va importar eso, voy a ser fiel a los nombres. Haré mi mayor esfuerzo por aprendérmelos. Seguro me tomara toda una vida porque hay 8.4 millones de asanas. Pero eso es lo interesante, el aprendizaje nunca va parar.
Al terminar esa clase fuimos a almorzar. Arroz, daal, chapati (es como una tortilla de harina pero creo que no es de harina sino de garbanzo o algo así) y un pepino todo raro que comen aquí que se llama ocre. Es rico, es pequeñito y tiene muchas semillas. Yo cuando me serví pensé que eran ejotes.
Después de esto tuvimos varias horas libres y hasta las 4 volvimos a tener clase. Esta también fue una clase de asanas. Quien la da se llama Divya. Es un señor, es dificíl calcularles la edad porque se ven bien jovenes pero hay cositas que medio indican que es mayor. Pero la verdad es que saber. Él es super flexible. A simple vista se ve como cualquier don pero es un experto en asanas. Solo el calentamiento que hicimos con el fue bastante intenso. Y cuando el lo hacía se miraba como la cosa más simple del mundo. Algún día quisiera llegar a poder hacer yoga sin que duela y que se vea así de fácil como lo hace ver él. Es más eso fue lo que dijo en clase, que con el avance de la práctica el yoga va dejar de ser de esfuerzo y va llegar ser pura fluidez de figura a figura. Como una danza.
Luego tuvimos la última clase del día. Esta la da Dr. Bandre y es Yoga Therapy. Super interesante, en esta clase nos enseñan a curar enfermedades a través de asanas. El tema de hoy fue depresión, ansiedad e insomnio. Aprendí que hay dos tipos de depresión, la interna y la externa. La externa sucede por cosas que nos afectan desde afuera como un mal jefe, una mala relación, cualquier cosa ajena a nosotros que nos jode la vida. La interna es la más peligrosa, es la que trae pensamientos suicidas y la que no se puede explicar porque sucede. Este tipo de depresión es causado por un desbalance químico en el cerebro. Sucede cuando nos hace falta la serotonina, dopamina y melatonina. Y esa falta de hormonas se da por falta de flujo de sangre al cerebro, esto es por un mal flujo de sangre al cerebro. Las causas son estar mucho tiempo frente a un escritorio, dormir boca abajo o dormir con una almohada muy alta. Y la cura es tan simple como mover el cuello para poder crear espacio entre las cervicales y así permitir un mejor flujo. Dr. Bandre nos enseño una secuencia de asanas que prometen curar la depresión en su totalidad en tres meses si se practica diariamente. Los antidepresivos definitivamente son una basura, un negocio para los doctores. Me parece increíble que podamos sanarnos con pura energía y movimiento. Cosas tan simples a las cuales casi no les ponemos atención en nuestra vida cotidiana.
Luego de eso tuvimos una sesión de bhakti yoga. Fueron unos 15 minutos de cantar mantras. Hasta nos dieron pandereta y todo. Debo de admitir que me sentí un poco ridícula. Pero supongo que es algo a lo que tendré que agarrarle la onda conforme vayan pasando los días.
Al bhakti yoga le siguió una meditación guiada por Guruji. Super complicado. Me estaban doliendo las piernas y la espalda.Tanto que estire las piernas enfrente de mi pero Guruji me regaño, me dijo que era un insulto poner los pies enfrente de un gurú porque eso bloquea la energía. Es como decir que no queremos aprender de él. Me parece un poco engasado eso pero bueno, respeto. Me volví a sentar de piernas cruzadas. Tenía mucho sueño y sentía que en cualquier momento me iba a quedar dormida. De vez en cuando me daban escalofríos. Cuando se lo comente a Guruji me dijo que los escalofríos son signo de que el cuerpo esta trascendiendo a otro plano espiritual. Pero yo no sé, la verdad es que no sentí nada. Estaba incómoda y adolorida. Ya me estaba desesperando. Me dolía todo. No podía calmar la mente. Me costo muchísimo. Espero que en los días que vienen esto sea algo que pueda mejorar.
Luego de esto fuimos a cenar. Casi lo mismo que hubo de almuerzo. Después de cenar me fui a encerrar al cuarto y me dormí. Esperando que el tiempo pase rápido porque aun no me ubico aquí.
Fue raro, trague un poco de agua y al expulsar todo lo que tenía en la nariz escuche un pito en un oído. Me empezó un dolor de cabeza que no se me quito hasta en la noche que me dormí. Pero si sentí que estaba respirando mucho mejor.
Luego de esto regresamos al salón principal y Guruji guió una clase con pocas asanas (posturas) y mucha meditación. Durante la meditación empecé a llorar. No sé porque, yo no estaba triste, pero lloraba y lloraba. Guruji dijo que llorar es la primera señal de vida porque eso es lo primero que hace uno al nacer. Llorar nos desintoxica y renueva. Escuchaba su voz diciendo "let go, don´t fight it, let go". Esas palabras se me quedaron grabadas.
Luego de esto fuímos a desayunar. Melón, polenta y banano, con un delicioso te chai. Y todo en silencio.
Yo me sentía mal, me dolía la cabeza, me sentía fuera de lugar y no entendía porque había tomado la decisión de venir. Todo me era incómodo y desconocido. Extrañaba mucho a Franc. Tenía miedo de quedarme sin batería y no poder comunicarme con nadie que yo conociera. Le escribí a mis amigos cercanos (los que sabía que podrían entender esto) compartiéndoles lo incómoda que me sentía. Estaba perdida.
Franc se portó cual príncipe azul y logró que vinieran a dejarme un adaptador y un cable para cargar mi celular. Me mando una notita animándome a seguir adelante. "Tengo que ser menos dependiente, resolver por mi misma", pensé. Pero no me quejo, fue un alivio contar con su ayuda y apoyo.
La primera clase que recibí fue teórica. En esta clase estamos estudiando el libro Hatha Yoga Pradipika. El texto base para la práctica de Hatha Yoga, ha significa sol y tha luna. El Hatha yoga se trata de unir la energía positiva y la negativa para poder crear luz. Durante la clase nos enseñaron un pranayama que me dejo asombrada. Pude ver mi adn con mis propios ojos, no me lo estoy inventando, de verdad lo vi. Vi un espiral de luces doradas rotando. Increíble. Abrí los ojos y le conté a Guruji lo que vi, él me explico que ese era mi adn y que cuando hacemos ese pranayama unimos esas dos energías (positiva y negativa) y eso hace que podamos verlo.
Eso quiere decir que los yogis desde hace milenios ya sabían que el adn era un espiral con tan solo cerrar los ojos lo podían ver. Ahora me parece tan absurda la ciencia de occidente. Tan nueva y tan superficial. Estoy aprendiendo que las cosas son mucho más simples cuando solo vemos hacía dentro, ahí esta todo.
La segunda clase fue de asanas. La maestra se llama Rama. Es super linda y risueña. Sentí la clase un poco suave en comparación a lo que estoy acostumbrada o al menos en comparación a las clases que he recibido en Guate. Pero la diferencia fue que sostuvimos cada postura por un minuto. Por más fácil que fuera el asana ya sostener un minuto es bastante. También me di cuenta que en Guate no dan yoga de la forma tradicional, para nada. Yo hacía las posturas que ella dictaba según las he aprendido en los estudios de yoga en Guate, ella siempre me corregía. Ella dicta las asanas por su nombre en sánscrito, bueno la verdad es que todos los maestros aquí hacen eso. Pero ella fue la primera clase de asanas que recibí entonces tuve que poner extra atención para entender. Es difícil porque yo me se los nombres occidentales, los que de ese lado del mundo le pusieron porque supongo que no quisieron hacer el esfuerzo para pronunciar los verdaderos. Es un reto para mi porque cuando he dado clases en Guate digo los nombres occidentales y a veces los que me se en sánscrito, pero también lo hago así para que los alumnos no sientan raro, porque es casi como hablar en otro idioma. Pero creo que de ahora en adelante no me va importar eso, voy a ser fiel a los nombres. Haré mi mayor esfuerzo por aprendérmelos. Seguro me tomara toda una vida porque hay 8.4 millones de asanas. Pero eso es lo interesante, el aprendizaje nunca va parar.
Al terminar esa clase fuimos a almorzar. Arroz, daal, chapati (es como una tortilla de harina pero creo que no es de harina sino de garbanzo o algo así) y un pepino todo raro que comen aquí que se llama ocre. Es rico, es pequeñito y tiene muchas semillas. Yo cuando me serví pensé que eran ejotes.
Después de esto tuvimos varias horas libres y hasta las 4 volvimos a tener clase. Esta también fue una clase de asanas. Quien la da se llama Divya. Es un señor, es dificíl calcularles la edad porque se ven bien jovenes pero hay cositas que medio indican que es mayor. Pero la verdad es que saber. Él es super flexible. A simple vista se ve como cualquier don pero es un experto en asanas. Solo el calentamiento que hicimos con el fue bastante intenso. Y cuando el lo hacía se miraba como la cosa más simple del mundo. Algún día quisiera llegar a poder hacer yoga sin que duela y que se vea así de fácil como lo hace ver él. Es más eso fue lo que dijo en clase, que con el avance de la práctica el yoga va dejar de ser de esfuerzo y va llegar ser pura fluidez de figura a figura. Como una danza.
Luego tuvimos la última clase del día. Esta la da Dr. Bandre y es Yoga Therapy. Super interesante, en esta clase nos enseñan a curar enfermedades a través de asanas. El tema de hoy fue depresión, ansiedad e insomnio. Aprendí que hay dos tipos de depresión, la interna y la externa. La externa sucede por cosas que nos afectan desde afuera como un mal jefe, una mala relación, cualquier cosa ajena a nosotros que nos jode la vida. La interna es la más peligrosa, es la que trae pensamientos suicidas y la que no se puede explicar porque sucede. Este tipo de depresión es causado por un desbalance químico en el cerebro. Sucede cuando nos hace falta la serotonina, dopamina y melatonina. Y esa falta de hormonas se da por falta de flujo de sangre al cerebro, esto es por un mal flujo de sangre al cerebro. Las causas son estar mucho tiempo frente a un escritorio, dormir boca abajo o dormir con una almohada muy alta. Y la cura es tan simple como mover el cuello para poder crear espacio entre las cervicales y así permitir un mejor flujo. Dr. Bandre nos enseño una secuencia de asanas que prometen curar la depresión en su totalidad en tres meses si se practica diariamente. Los antidepresivos definitivamente son una basura, un negocio para los doctores. Me parece increíble que podamos sanarnos con pura energía y movimiento. Cosas tan simples a las cuales casi no les ponemos atención en nuestra vida cotidiana.
Luego de eso tuvimos una sesión de bhakti yoga. Fueron unos 15 minutos de cantar mantras. Hasta nos dieron pandereta y todo. Debo de admitir que me sentí un poco ridícula. Pero supongo que es algo a lo que tendré que agarrarle la onda conforme vayan pasando los días.
Al bhakti yoga le siguió una meditación guiada por Guruji. Super complicado. Me estaban doliendo las piernas y la espalda.Tanto que estire las piernas enfrente de mi pero Guruji me regaño, me dijo que era un insulto poner los pies enfrente de un gurú porque eso bloquea la energía. Es como decir que no queremos aprender de él. Me parece un poco engasado eso pero bueno, respeto. Me volví a sentar de piernas cruzadas. Tenía mucho sueño y sentía que en cualquier momento me iba a quedar dormida. De vez en cuando me daban escalofríos. Cuando se lo comente a Guruji me dijo que los escalofríos son signo de que el cuerpo esta trascendiendo a otro plano espiritual. Pero yo no sé, la verdad es que no sentí nada. Estaba incómoda y adolorida. Ya me estaba desesperando. Me dolía todo. No podía calmar la mente. Me costo muchísimo. Espero que en los días que vienen esto sea algo que pueda mejorar.
Luego de esto fuimos a cenar. Casi lo mismo que hubo de almuerzo. Después de cenar me fui a encerrar al cuarto y me dormí. Esperando que el tiempo pase rápido porque aun no me ubico aquí.
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