miércoles, 29 de noviembre de 2017

Día 27.

El último día en el ashram. Tengo una mezcla de emoción y melancolía. Hoy me toca dejar este lugar que fue familia, fue hogar y que a la vez fue un lugar del cual me quise ir muchas veces pero algo me mantuvo aquí.

Siento que esto es lo único bueno que he hecho en la vida. Que todo lo que aprendí aqui nunca lo voy a olvidar, a diferencia del colegio y la universidad. Puedo decir que esto si me va ser útil.

Me levanté para mi última clase de asanas. Una parte de mi va extrañar las madrugadas frías y oscuras del salón principal, la energía del lugar, la disciplina que fluyo de mi sin mayor obstaculo. Quiero ser para siempre lo que he sido aquí este mes. Estoy decidida a dejar ir y a no pelear por lo absurdo.

Hoy viene mi papa a mi graduación, es la primera vez en la vida que va estar presente para algo importante en mi vida. No ha estado presente porque no quisiera sino porque su trabajo nunca lo ha dejado. Y yo he entendido, la vida de un diplómatico requiere de muchos sacrificios. Gracias a él estoy aquí y lo agradezco. Pero es mucha la emoción de saber que él va estar. Es quizas, para mi, la parte más importante de este día.

La graduación fue en un salón lejos del ashram. Somos el grupo número 175 de graduarnos. Mi papa es invitado especial.

Llegamos al lugar y el escenario era mucho más pequeño de lo que pensabamos que iba a ser y tuvimos que adaptar nuestra rutina de yoga al espacio. Fue un buen ejercicio para entender que de nada sirve estresarnos antes de cualquier presentación. Nada empezó a tiempo y casi todo fue improvisado. Pero para mi fue perfecto.

Presentamos la coreografía, algo que JAMÁS me hubiera atrevido a hacer antes de llegar al ashram. Luego pasaron a mi papa al frente junto a Guruji y nos fueron llamando uno por uno. Mi papa entregaba el certificado de graduación y cada alumno deba un pequeño discurso.

Este fue mi discurso:

Cuando llegue al ashram el futuro me aterraba. Pensaba en tantas cosas que ahora me parecen tontas. Ahora no sé aun que va traer el futuro pero ya no me da miedo. Mi mayor aprendizaje aquí ha sido dejar que sucedan las cosas. Así que estoy dejando ir todos mis malos pensamientos, mi estrés. Todo va estar bien. Soy poderosa. Estoy completa. Estoy confiando en el universo y todo lo que la vida me quiera dar. Estoy tan agradecida porque mi papa pudo estar aquí conmigo para esto. Le debo este logro a él. Gracias papa. Gracias a todos lo que me acompañaron en este proceso, maestros y compañeros, aprendí mucho de cada uno. Gracias a Guruji por guiarme y ayudarme a descrubrirme de una manera tan increíble. Namaste.

Tuve que dar el discurso en inglés. Algo que nunca me hubiera atrevido a hacer hace unos meses. Pero hoy no fue tan tortuoso.

Pasaron los demás alumnos a recibir su certificado y a dar su discurso y cuando todos pasaron llamaron a mi papa para que diera unas palabras.

Lloré. Se me agrando el corazón con sus palabras. Dijo que no había llegado para hacer presencia como embajador sino como mi papa. Que por su profesión no había podido estar presente en otros momentos importantes para mi vida, pero que hoy estaba aquí para mi.

Eso era todo lo que necesitaba escuchar. Estoy tan feliz.

Al terminar el acto mi papa tuvo que irse de regreso a Delhi y Franc y yo agarramos camino para Mumbai, ahí estaremos un par de días y luego regresamos a Delhi.

Es ahora cuando empieza todo. Es fácil balancear el cuerpo y la mente estando en un ashram. Es ahora cuando toca poner todo en práctica. Estoy lista.

Aquí se acaba mi vida en el ashram. Pero sigo conectada a ésta familia. Gracias por leerme y acompañarme a distancia. Espero les haya sido útil.


Hari Om.

No hay comentarios:

Publicar un comentario